jueves, 23 de junio de 2011

Rebeldes Libios buscan el apoyo de Israel

Tras el fracaso de las iniciativas de mediación y de alto el fuego, así como de la hoja de ruta propuesta por la Unión Africana a través del presidente Jacob Zuma de Sudáfrica, el escritor francés Bernard Henri Levy anunció que el jueves envió un mensaje de los líderes rebeldes de Libia al primer ministro de Israel, diciendo que solicitarán relaciones diplomáticas con este país si llegan al poder.
Con este paso, que lleva camino de recibirse de forma ambivalente en el mundo musulmán, el Consejo Nacional de Transición quiebra también al régimen de Gadafi, que no tiene relaciones diplomáticas con Israel. Asimismo, se ha producido cuando los rebeldes van obteniendo lentamente ventajas con respecto a Gadafi. En los últimos días han ido progresando en el campo de batalla mientras que el régimen del líder libio se enfrenta al aumento de las deserciones y se está viendo cada vez más aislado a nivel internacional, especialmente después de que la semana pasada Rusia modificara su posición y pidiera a Gadafi que renuncie.
La última deserción de alto nivel que viene a desmoralizar aún más al régimen ha sido la del Shukri Ghanem, ministro del Petróleo y ex primer ministro del régimen. Siguió la deserción de ocho oficiales del ejército libio, entre ellos cinco generales que formaban parte de un grupo más amplio de 120 militares que desertaron en los últimos días.
En África, otros cinco países no reconocen formalmente a Israel como Estado ni tienen relaciones diplomáticas con él. Son: Argelia, Comoras, Yibuti, Somalia y Sudán, mientras que en Oriente Próximo, Iraq, Líbano, Kuwait, Arabia Saudí, Siria, Yemen y los Emiratos Árabes Unidos comparten la misma posición.
Así que ¿por qué los rebeldes están interesados ​​en obtener el apoyo de Israel y afirman que reconocerán la existencia de Israel como Estado tan pronto como obtengan el poder?
Bien, según Levi “[...] el punto principal es que el futuro régimen libio sería moderado y anti-terrorista, y comprometido con la justicia para los palestinos y con la seguridad de Israel”.
Parece que la iniciativa enfurecerá a Gadafi, no por la recién nacida relación entre los rebeldes e Israel sino más bien porque supone que el Consejo de Transición se acabará haciendo con el control del Estado.
Curiosamente, la postura del Consejo y el recién descubierto interés en jugar un papel importante en la resolución del conflicto israelí-palestino se produce justo después de que el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Occampo, revelase esta semana que siguiendo las acusaciones de detenciones arbitrarias y malos tratos a trabajadores extranjeros por parte de combatientes rebeldes, estaba “investigando las denuncias de detención ilegal, malos tratos y la matanza” de civiles del África subsahariana calificados erróneamente de mercenarios.
Además, como algunos miembros de los combatientes sobre el terreno ​​han sido acusados de tener vínculos con al-Qaida, parece que expresar su apoyo (y ganar el apoyo de) Israel ayudará al Consejo a poner distancia de las acusaciones de tener vínculos con movimientos de terroristas o de dar refugio a musulmanes fundamentalistas que, por lo general, no son conocidos por su afecto a Israel.
Si el nuevo régimen (si llega a serlo) desea ser tomado en serio por los países occidentales y convertirse en un intermediario exitoso entre Israel y Palestina, con el reconocimiento de Israel se marcaría desde el inicio algunos puntos que le situarían firmemente en el mapa geopolítico internacional en un región en la que Occidente e Israel están buscando activamente nuevos aliados.
Por supuesto, otra posibilidad es que después de la oleada de informes negativos en los últimos días el régimen se haya sentido obligado a tomar una posición muy pública para tranquilizar a las democracias liberales occidentales de su entrega a la democracia y también a sus ideales y valores.
Mientras que sólo el tiempo nos dirá lo que realmente motivó el cambio, el conflicto sigue en curso.
Hoy [2 de junio], el gobierno libio ha tratado de minimizar la importancia de la deserción del país, ayer, del ministro de Petróleo Shukri Ghanem.
Aunque los responsables libios habían insistido anteriormente que Ghanem se encontraba de viaje oficial en Túnez, Europa y Egipto, un portavoz del gobierno se vio obligado a rechazar que la salida del Ghanem fuera un golpe para el régimen.
“Esto es un país, un Estado, un gobierno, no sólo una persona”, dijo Ibrahim Musa a los periodistas e insistió en que Libia estaría representada en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena el 8 de junio. “Aún no tengo un nombre, pero tendremos a alguien”.
Un ejecutivo de la Corporación Nacional de Petróleo, de propiedad estatal, Ali Matug Musbah, ha llevado hoy a Ghanem a una reunión del Foro de Países Exportadores de Gas en El Cairo.
Mientras tanto en el este de Libia, bajo control de los rebeldes, una explosión causó daños enun hotel utilizado por los rebeldes, era el cuartel utilizado por los Mercenarios Españoles del SGSI  y por los residentes extranjeros  que quedan en Bengasi, hiriendo a una persona, mientras que otras 270 que huían del país, desaparecieron después de que un barco de pesca que trasladaba inmigrantes desde Libia a Italia se rompió justo al lado de la costa tunecina.
Según una agencia estatal, 570 personas han sido rescatadas de las que siete están heridas; los pasajeros eran en su mayoría inmigrantes procedentes de África y Asia que planeaban entrar en Italia ilegalmente. 

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